Libros del KO se ha visto envuelta últimamente en un secuestro: el de su libro ‘Fariña’, del autor Nacho Carretero. Pero sus editores dicen ‘‘que no necesitaban ese secuestro para encumbrar la crónica del narcotráfico en Galicia”. Ellos —cuatro socios— procedentes del periodismo combativo y sin muchos recursos, lo tienen claro a la hora de afrontar esta profesión de editor. Y lo apunta en la web de Libros del KO: “Si Stephen Hawking veía el universo en una cáscara de nuez, nosotros lo encontramos cada mañana en las páginas de un periódico”.
La editorial, como apunta la cronista Irma Cuesta en Sur, ha saltado a la fama por obra y gracia de ‘‘la magistrada Alejandra Fontana, que ha colocado en el punto de mira a la obra [Fariña] tras estimar —parcialmente— las exigencias de Alfredo Bea Gondar, el ex alcalde del PP inmerso hasta el gaznate en un proceso de narcotráfico y ahora inmensamente dolido porque Nacho Carretero le ha incluido en su libro”.
“El sello editorial—continúa Irma Cuesta— nació casi por casualidad. El día que Álvaro Llorca y Emilio Sánchez Mediavilla decidieron dejarse la piel en el combate de su vida.‘Al principio, la idea de montar una editorial se planteaba medio en serio, medio en broma, pero el caso es que comenzamos a enterarnos de cómo se podía hacer y a hablar de qué nos gustaría publicar si lo lográbamos. Durante cerca de año y medio fuimos la comidilla de nuestros amigos… estaban convencidos de que nunca la montaríamos’’’.
“Emilio, santanderino de 38 años, afincado en Madrid, cree que fue importante que cerrara Soitu.es, uno de los primeros proyectos de prensa íntegramente digital en España y el lugar en el que trabajaban algunos de los socios fundadores de Libros del KO, para que la editorial fuera algo más que la idea de un par de periodistas de imaginación desbocada. ‘Nuestro amigo Guillermo López, igual que Álvaro [Llorca], trabajaba allí. Cuando cerrarron, se unió al grupo y en 2011 empezamos teniendo muy claro qué queríamos publicar: historias reales, trabajos periodísticos, crónicas largas de esas que no pueden encontrar espacio ni en un periódico ni en una revista, y de gente joven española o latinoamericana’’’.
“A los pocos meses de echar a andar, Alberto, un licenciado en Administración y Dirección de Empresas con una corta —aunque polifacética— trayectoria en banca y el sueño de montar una librería, decidió probar suerte con aquellos tres osados decididos a convertirse en editores de éxito. Su incorporación a Libros del KO (nombre que les inspiró una fotografía de un combate de boxeo entre Floyd Patterson y Sonny Liston), y más tarde la de otro periodista, Javi Lafuente, cerraron un equipo que echaría a andar con El Monstruo (memorias de un interrogador), de Pablo Pardo. Empezar arropados por el libro del corresponsal de El Mundo en Washington, una historia resultado de las entrevistas que durante cuatro años realizó a Damien Corsetti, soldado raso que tomó parte en los interrogatorios de las cárceles de Bagram, en Afganistán, y de Abu Ghraib, en Irak, fue una fantástica idea”.
“¿Que cómo se nos ocurrió montar una editorial para publicar en papel cuando medio mundo daba por muerto el sector? Porque siempre creímos que lograría sobrevivir. De hecho, pasados los años malos de la crisis, ha recuperado fuerza. Aquí y en todo el mundo. El balance de fuerzas es claro: 90% papel, 10% digital”.
Mucho más fácil —sigue Irma en su crónica— fue decidir que el objetivo de Libros del KO sería la crónica periodística larga; las historias reales contadas con todo el mimo del que un profesional es capaz. Apunta Emilio: “Apostamos por eso por puro placer y porque venimos de ese mundo y creímos que de eso sabíamos un poco”. Influenciados por el nuevo periodismo norteamericano, a los fundadores les habría encantado haber recuperado la obra de Gay Talese. “Es curioso, pero lo leímos, investigamos, nos enteramos de que no había nada en España y nos pareció una idea genial. Cuando empezamos a movernos supimos que Alfaguara iba a publicar sus Retratos y encuentros. ¡Qué rabia! Habría estado muy bien”.
Una pena que se cura echando cuentas: desde que comenzaron a andar, hace poco más de seis años, han ‘alumbrado’ 64 libros, incluido el, a estas alturas, famosísimo ‘Fariña’.
El trabajo de Nacho Carretero que la juez Fontana ha decidido secuestrar levantando en armas a buena parte de los libreros del país, escritores, periodistas y lectores de buena fe del planeta, surgió alrededor de otro plato de cuchara. “Quedamos con Nacho para comer. Habíamos leído alguna cosa de él y nos parecía bien. Nos contó que acababa de volver de un viaje a Ruanda y que estaba impresionado y convencido de que era un buen tema para un libro, pero nosotros no lo teníamos tan claro. Hay varios y grandes libros sobre Ruanda… y Nacho solo había estado allí dos semanas. Por mucho que le hubiera impresionado, no creímos que fuera buena idea”.
Descartar lo de Ruanda llevó a cambiar de tema y a hablar de lo que siempre había interesado, incluso obsesionado, a Carretero: el narcotráfico en Galicia. Así nació Fariña. Luego, como si se estuviera escribiendo otra crónica periodística, llegó el éxito. Con 30.000 libros vendidos antes de que la productora Bambú comprara los derechos para rodar una serie, en Libros del KO creían estar rozando el paraíso. Fue entonces cuando Alfredo Bea Gondar se disgusta, interpone una demanda y la jueza decide retener los que quedan por vender hasta nueva orden. Por más que algunos piensen que la decisión judicial ha sido definitiva para encumbrar la historia, en la editorial mantienen que no necesitaban nada de esto para asegurar su éxito. De hecho, dicen, ya era un best seller antes de que se armase todo este lío y esperaban que el estreno de la serie, que hábilmente Antena 3 ha adelantado para aprovechar el tirón publicitario, fuera el espaldarazo definitivo. © INMA CUESTA
DATO CURIOSO
El primer fin de semana de marzo de 2018, Amazon vendía ejemplares usados a partir de 140 euros y nuevos desde 210. Hasta hace solo unos días estaba a la venta por 17,95. El libro se publicó en 2015.