A veces, navegando por Internet o visitando librerías, te tropiezas con alguna que otra imagen que has visto en algún otro lado. Rebuscas, pasas horas yendo de sitios web a estantes y, ¡eureka!, das con la figura del delito… Dices: «es una copia».
Aunque los más moderados lo llamen, en muchos casos, «inspiración»; otros, «nada, nada, que han copiado por la cara». Pero los más aguerridos van a los tribunales y… hasta logran que los copiadores retiren «el gato que querían vender por liebre». Comparando las muestras, casi siempre se perciben matices de veracidad o engaño. Sobre lo apuntado, veamos tres ejemplos que resumen una práctica que todo editor debe aplicar:
Ensayo y ficción se dan la mano en el muy recomendable libro El peligro de estar cuerda, Seix Barral (2022), de Rosa Montero. Pero la cubierta está ilustrada con una imagen idéntica a la que se utilizó en nosolofrases.blogstop.com para ofrecer un consejo de Oscar Wilde. Comparándolas, en esta última hay cinco niñas (la de Montero tiene una niña menos), pero el fotógrafo es el mismo, obviamente. Cabe preguntarse: ¿le vendió la foto al sello de Planeta tras llevar un tiempo siendo reclamo de la frase del blog? Imagen excelente para ilustrar una idea literaria: a la editorial no se le cayeron los anillos ya que son dos contextos y no compiten entre sí, incluso pueden favorecerse.
- Para los JJ OO de Tokyo, el logotipo de la candidatura fue denunciado por los responsables de El Teatro de Lieja (Bélgica), que consideraban que la inspiración gráfica de la propuesta olímpica japonesa había ido demasiado lejos: ¡vamos, apuntaban al plagio! Pero los nipones no fueron más allá, simplemente retiraron el logo y convocaron otro concurso. Ganó un diseño inspirado en el período histórico EDO. Esta vez, nadie puso el grito en el cielo (ver imagen).
- El tercer ejemplo de lo que estamos planteando, lo encontramos, por un lado, en las revistas Time y Paste, con mínimas variaciones tipográficas; y en la renombrada publicación Esquire: sus diseñadores aprovecharon la historia gráfica del mensual norteamericano como inspiración, pero adaptaron al momento presente el objeto de la inspiración ¿o copia? (ver imagen)
- Por último, sugerimos observar la diapositiva que se adjunta sobre el cuadro de Rembrant Lección de anatomía (1632): hemos encontrado dos momentos diagramados que se inspiran en él.
El comentario que cabe hacer sobre la creatividad editorial es un gran interrogante que se mueve entre «copiar, imitar, reinventar, inspiración…», y ello nos confirma que el poso cultural es una garantía para la creación gráfica y que nunca nada surge de la nada. Siempre se necesita background, ese fondo de armario cultural ineludibles