Se trata de un libro práctico para quien trabaje o desee trabajar en el mundo editorial. La autora —una reconocida profesional, con un amplio recorrido en diferentes editoriales y sellos— incluye en él muchos y variados ejemplos para afrontar con eficacia los problemas que surgen en este oficio, «desde la revisión o corrección de los errores hasta la organización y presentación de contenidos».
Titulado Manual del editor de mesa y publicado por el sello Berenice, del grupo Almuzara, recoge en su página 9 una cita del escritor Stephen King —procedente de su obra Mientras escribo— que debería estar grabada a fuego en la mente de todo «editor de mesa» que se precie y defienda su trabajo:
«‘‘El corrector siempre tiene razón’’. Se colige que los escritores nunca siguen los consejos del corrector o correctora, porque todos han pecado y no alcanzan la perfección editorial. En otras palabras: escribir es humano y corregir divino».
Quizá sin llegar tan lejos, el maestro de best sellers internacionales (Carrie, El resplandor, Apocalipsis…) sugiere que corregir un texto —«meterle mano», en expresión nada machista en estos tiempos de ideología woke— no es un trabajo menor en el que debiera quedar oculto el corrector o el equipo de «limpieza». Esta tarea es de vital importancia para el éxito del manuscrito. Y se debería incluir el nombre del corrector en la página de créditos. Ya lo hacen algunos sellos pequeños, la verdad, pero parece como si a algunos les diera vergüenza decirlo.
Ana Bustelo domina muchos oficios del ámbito cultural de la edición. Escritora, traductora, editora que «cultiva los detalles» —como dice Herralde invocando a Nabokov— y profesora. Nació en París (1964), es licenciada en Historia Contemporánea por la UCM y estudió Literatura Inglesa y Traducción en el Instituto Británico de Madrid. Tiene un Máster en Periodismo por la Universidad Boston y ha trabajado para autores de reconocido prestigio: Fernando Savater, Adela Cortina, Juan Pablo Fusi, Santos Juliá, John Elliot, Geoffrey Parker…
Manual del editor de mesa, publicado en mayo de 2024, incluye también jugosas y divertidas anécdotas que lo convierten en un ejemplo de sabiduría práctica editorial. Al respecto, recogemos una de ellas donde sobresale el sentido común:
«En una ocasión corregí un manuscrito de un influencer que había trabajado en la televisión y contaba su experiencia personal con una presentadora. No la dejaba en muy buen lugar y aprovechaba para meterse con la cadena de televisión. No era una cadena del grupo en donde se iba a publicar el libro, aunque la presentadora sí había trabajado en los medios del grupo e, incluso, había publicado un libro».
«Le convencimos de que no era buena idea, no tanto por el grupo editorial, ni por la presentadora, en realidad, sino por él mismo. ¿En qué le beneficia al autor poner verde a unas personas con las que ha trabajado durante años? Eso es mejor dejarlo para unas memorias, cuando uno ya tiene una edad y poco que perder. Incluso es mejor no publicarlo nunca». JML