Al cerrar el año 2017, la Cámara Argentina del Libro (CAL) revisó las cifras de la producción editorial y también su balance de ventas. Los números preocupan al sector editorial del país, pues parece que cae en picado año tras año. Ya en el año 2016 se visualizaba una caída en las ventas y al cierre de este 2017, el panorama no fue muy diferente.
En cifras concretas se registró que la venta de libros bajó un 25%, con relación al año 2016. Sobre este indicador Ignacio Iraola, director editorial del Cono Sur de Grupo Planeta, comenta: “2017 fue el año más duro en los últimos diez”, y la caída en las ventas fue resultado del panorama político, el desempleo, la inflación, y una subida de impuestos a las librerías.
La producción de ejemplares también bajó considerablemente de 70.733.233, en el año 2016, a 47.819.525, en el año 2017, y la tirada media pasó de ser 3.000 ejemplares a ser 2600. El hecho de que haya menos ejemplares circulando impacta directamente en el indicador de ventas del año 2017, como ya hemos mencionado, pero también evidencia los altos costos de almacenamiento y el incremento de la impresión bajo demanda, como preferencia de los editores.
La cantidad de novedades se mantuvo estable y esta es una señal clara de que el sector editorial sigue firme con sus objetivos de presentar, año tras año, planes editoriales extraordinarios. Los títulos nuevos en 2016 fueron 27.693 y 25.945 en 2017, es decir, que se presentó una pequeña disminución de 6%.
Si bien estas cifras preocupan y debe hacerse lo posible por mejorarlas en este año 2018, los datos que en realidad merecen ser observados con lupa son los referentes a las importaciones y exportaciones de ejemplares. En 2017 se presentó un aumento del 65% en las importaciones, muestra evidente de la poca competitividad del mercado editorial argentino frente a países como España, Colombia y México; también es claro que las políticas públicas referentes a la importación de libros no benefician a la producción editorial local.
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