«Con el permiso de Maxwell Perkins, que para algo le han dedicado una película, Robert Gottlieb ha sido el editor más importante en Estados Unidos», apunta el periodista Jaime G. Mora en ABC Cultural. «Se estrenó [Gottlieb] como asistente editorial en Simon & Schuster en 1955, y en diez años ya era el editor jefe. En 1968 se marchó a Knopf, donde durante veinte años trabajó con autores de la talla de Salman Rushdie, Doris Lessing, John Cheever o John Le Carré. También editó a músicos —Bob Dylan—, actores —Lauren Bacall— y presidentes como Bill Clinton. Llevó una vida relativamente tranquila hasta que sucedió al mítico William Shawn al frente de la revista The New Yorker, que lo convirtió en noticia de primera página. Cinco años después volvió a Knopf, pero ya no como máximo responsable, sino para trabajar en los libros más agradecidos».
«En los últimos años se ha reinventado como periodista cultural y crítico de danza. Su último servicio al mundo de la cultura, con 85 años, se llama Avid Reader (editorial FSG). Son sus memorias, que piden a gritos una traducción al español. La de Gottlieb es una vida consagrada a la literatura, que él mismo resume en unos pocos consejos».