Sesenta y cinco imágenes del gran fotoperiodista húngaro André Kertész. Todo un homenaje a la lectura. Un clásico de 1971, Leer, que edita ahora Periférica & Errata Naturae.
“Más de cuarenta años después de su primera y celebrada edición en inglés” —se apunta en la contracubierta— “este clásico de la fotografía –aún hoy moderno, tierno y revelador– se publica por primera vez en castellano con un prólogo de Alberto Manguel y una nota de Robert Gurbo, experto en la obra de Kertész” (Budapest, 1984-Nueva York, 1985).
“En las fotografías tomadas entre 1915 y 1970, Kertész capturó a lectores de toda condición en momentos intensamente personales y, sin embargo, universales, y en cualquier lugar imaginable: azoteas, parques públicos, calles abarrotadas… Tal vez en memoria de su difunto padre, que era librero, o porque entendía profundamente la naturaleza transformadora de la palabra impresa, Kertész empezó a fotografiar a personas absortas en la lectura tan pronto como comenzó a tomar fotos; un tema que siguió intrigándole mucho más tarde, ya en París o en Nueva York, incluso en sus viajes por todo el mundo”.
“Una de las primeras fotografías de esta colección –tres niños pequeños encorvados sobre el libro que uno de ellos sujeta con las rodillas– la hizo en Hungría con poco más de veinte años y fue el inicio de una serie fascinante que todavía hoy imitan muchos otros fotógrafos. Tan juguetonas como poéticas, las imágenes de este apasionante libro celebran el poder absorbente y el placer de esta actividad solitaria, y hablará tanto a los fans de la fotografía como a los de la literatura”.
Una obra impresa de instantáneas para admirar siempre, pues, como se comenta a menudo al valorar las buenas fotografías, “estas fotos dicen algo”; incluso, aquí, trascienden el motivo principal. Exigencia de maestros y autoexigencia de miradas sensibles, como la de Kertész, quien soltó sobre su arte el siguiente destello poético: “Escribo con luz”.