El escritor y periodista Rodrigo Fresán (Buenos Aires, 18-7-1963) ha publicado recientemente un artículo de fondo en el suplemento ‘Ideas’ del diario El País que es todo un capote a las historias de ficción y donde se pregunta cómo nos mejora ese acto tan poco provechoso de la lectura. Titulado ‘Literatura: instrucciones de uso’, en él afirma que en este tiempo de «los 140 caracteres y las series de televisión, las narraciones literarias mantienen, sin embargo, su prestigio».
El texto comienza así: «Dos momentos estelares (y no estrictamente literarios) en la historia de la literatura:
1) En una de las últimas entradas de su diario, en 1982, un agonizante John Cheever casi concluye: «Voy a escribir lo último que tengo que decir, y creo que lo hago pensando en el éxodo… Diré que no poseemos más conciencia que la literatura; que su función como conciencia es la de informarnos de nuestra incapacidad de aprehender el horrendo peligro de la fuerza nuclear. La literatura ha sido la salvación de los condenados; la literatura, la literatura ha inspirado y guiado a los amantes, vencido a la desesperación, y tal vez en este caso pueda salvar al mundo».
2) En 1995, dentro de un auto estacionado en Sunset Boulevard, el actor Hugh Grant es sorprendido por la policía en «actitud sospechosa» y con la cabeza de…» (leer más)
Fresán ha publicado un buen puñado de obras, entre las que cabe destacar Historia argentina (1991, Planeta), Esperanto (1995, Debolsillo), Mantra (2000, Mondadori), El fondo del cielo (2009, Mondadori) o La parte inventada (2014, Literatura Random House), su última novela, donde abunda sobre la importancia que tiene la ficción en nuestras vidas, y lo hace atrapando al lector en una especie de festín literario.